miércoles, 24 de junio de 2009

Crepúsculo

Bueno, vamos por partes.
Lo primero: he vuelto. No he actualizado en tanto tiempo porque he tenido un tercer trimestre que ha sido un hervidero de exámenes, pruebas, apuntes, trabajos, exámenes (más todavía) y preguntas orales voluntarias. He creído morir bajo la avalancha de estudio que he tenido que sacrificar algunas cosas. Pero ya pasó todo y me siento mejor que nunca. Gracias a los que me estáis leyendo ahora, significa que no me habíais olvidado.
Lo segundo: aunque he vuelto derrotado, mi espíritu crítico sigue en plena forma y ruge pidiendo que haga este post. Aunque lo he titulado Crepúsculo, también podría llamarse El horror epatante que surge en el Alma al descubrir que 50 millones de personas no tienen buen gusto .
Exacto, nada más y nada menos. Es una cifra muy respetable.
La cosa es ésta. A la mormona Stephenie Meyer se le ocurrió una idea innovadora que revolucionaría el mundo de la literatura juvenil romántica: el peregrino amor entre un vampiro ecologista y una tabla de planchar femenina llamada Bella. La historia gira en torno a esos dos adolescentes que se enamoran (calificados como "amor entre la vida y la muerte"). La versión oficial es que El-fenómeno-crepúsculo es la obra que ha desbancado a Harry Potter o los también horribles best-sellers de Dan Brown con una escritura fresca, natural y, sobre todo, original.
Las novelas actuales sobre vampiros, me he fijado con curiosidad, al igual que las películas, sólo tratan de explicar las normas instintivas de los vampiros, en lugar de extraerlas de imaginario popular, dado que de ahí provienen esos seres. Pero, leyes vampíricas aparte, el vampiro Edward (del que se enamora Bella) es un chaval soso, plano, sin ningún tipo de profundidad ni ingenio asesino; un ser de ultratumba anclado en los 17 años con una percepción de la Vida y el Mundo pseudosuperior y poco realista. La chica, Bella Swan, es, como poco, un personaje con el que se supone que el lector debe sentirse identificado. Si eso significa que acaba odiándola por parecer un topicazo con los pies yo-qué-sé-dónde, correcto. Si significa que debe sentir lo que ella siente y pensar lo que ella piensa, perseguir lo que ella persigue, pues no. Los extras (chavales del instituto, padres, amigos, etc.) no se los cree ni la propia escritora: frescura, amistad y generosidad. El primer día que Bella llega al instituto ya hablan con ella como si la conocieran de toda la vida y son supercolegas, amables y, al segundo día, ya tiene dos candidatos que se la llevarían al huerto como si nada, pese a que la escritora dice en la primera página una descripción de Bella que te la pone para que la imagines como una chica sosa, feúcha y poco sociable. A lo largo de la primera mitad del libro, hay algo que pretende ser una trama de intriga en la que la chica Bella pretende descubrir que Edward es un vampiro, pese a que tiene todas las pistas delante de la cara (agilidad extrasensorial, aumento de los reflejos básicos de supervivencia, vista perfecta, rapidez increíble, aumento olfativo…), lo que la escritora no dice pero se sabe positivamente y de buena tinta es que la chica, además, está alelada y sin remedio, pero no está hecho a posta, lo que se intenta es que sea inocente y perdida en un mundo que no conoce.
Las descripciones topográficas también son para mear y no echar gota. Una habitación la describe de forma que la chica entra y mira en derredor, de izquierda a derecha, pero girando sólo la cabeza. Vale, hasta ahí bien. Sólo que, cuando acaba, no sabes si la ventana está delante de la puerta o al lado de la cama; si hay una alfombrilla bajo una butaca de orejas o bajo la el escritorio; lo mejor es que, en un principio dice que sólo hay una puerta que queda a la espalda, en ese caso, Bella debería girar sobre sus talones y salir por ella, ¡pero cruza la sala y sale por otra puerta que ha aparecido de la nada y que antes no estaba allí! A las personas comienza describiéndolas de arriba hacia abajo y luego psicológicamente, como se dice en 4º de Primaria que se describe a las personas. Sin embargo, se crea gran confusión al creer que alguien tiene pecas, y después se dice que lleva patillas.
El Malo. Se supone que ha de tener algún tipo de motivación que le lleve a hacer lo que hace, pero uno se queda con las ganas de saberlas cuando actúa caóticamente, de forma errática y sin sentido. Desea chuparle la sangre a Bella y dejarla tan seca como el Sáhara en agosto, o eso es lo que se cree que quiere, sin embargo, la conduce engañada hasta un salón de ballet y allí la da una paliza que ríete tú de las guerras entre pandillas callejeras. La deja hecha un cromo. Pues bien, parece totalmente sacado de una de las 5 películas de Saw. Tras pasar por esta experiencia tan traumática en la que cree que ha matado a su madre, va con una pierna escayolada al baile de fin de curso y aquí paz y después, gloria. Como es una mala escritora, no sabe explicar ordenadamente una escena de acción confusa y dinámica. Solución: Bella recibe un golpe en alguna parte de su cuerpo, se desmaya y cuando despierta ya está todo solucionado y sin necesidad de explicaciones porque, si la escritora sabe lo que ha pasado durante la inconsciencia de Bella, Bella también lo sabe y, por tanto, el lector también, ¿no?
En las clases no se cogen apuntes ni libros ni hay exámenes.
No hay derecho a tanta litebasura (término acuñado por Sergio).

viernes, 27 de marzo de 2009

El arte moderno

El arte moderno es 50% de literatura, 40% de ingenio y un mínimo 10% de arte real. Y voy a demostrarlo.

Hace una semana hice un trabajo voluntario de Dibujo que consistía en hacer un collage para subir nota. Yo no tengo ni p*** idea de cómo hacerlos, así que me inventé algo. Cogí una lámina de dibujo y dibujé con letras de molde (se me da genial) un YEAH! bastante grande y lo coloreé como si de un graffiti se tratara. A continuación recorté del periódico la palabra "terrorismo" y la pegué unos centímetros por encima de la y griega. Recorté "Madrid" y lo pegué debajo de la exclamación. Corté la cara de Forlán y la coloqué cerca de la exclamación. Pegué una ceja de Casillas y otra de Rafa Nadal juntas y debajo hice una caricatura bastante exacta de mi cara. Un algodón en la esquina superior derecha. Dibujé un humo morado alrededor de todo eso y di el trabajo por terminado. No tardé en hacerlo ni media hora.
El martes 24 le presenté al profesor el collage diciendo: "Tenga, el trabajo voluntario. ¿Qué le parece?" Él se quedó mirándolo con cara de circunstancias y me preguntó que qué significaba. Yo creí que lo iba a romper y tirármelo a la cara con mal humor.
-¿A qué se refiere? -pregunté.
-Pues eso, que qué significado tiene cada elemento, ¿o lo has hecho así porque sí?
Ahí me vi entre la espada y la pared. Y es en ese tipo de situaciones cuando tengo más agilidad de palabra, por lo general ya bastante viva. Comencé a inventarme significados:
-Eeh... pues... El "yeah!" representa la música rap, que es la que yo escucho, "terrorismo"... es... uno de los temas que se trata en esta música y "Madrid" que es... eso... la capital de España. He puesto a Forlán porque es mi jugador de fútbol favorito.
-¿Y el algodón?
-Representa... los exámenes, que parecen así... mucho, pero luego no son nada. Y el humo morado para unirlo todo.
Todo mentira, por supuesto. Es cierto que me gusta el rap, pero odio Madrid, el terrorismo me da náuseas, no me gusta el fútbol y puse un algodón para rellenar espacio. ¿El humo? Porque me parecía un que necesitaba algo de color. Pero cuajó.
-Pues te ha quedado muy bien -dijo el profesor-. Muy significativo. Bueno esto me lo quedo yo y te sube nota sobre la media final de la evaluación.
No me creía que le hubiera engañado con esa mierda. Pero lo había hecho. Ahora comprendo el arte moderno: es todo mentira y el artista es un feriante. Pero lo mismo hizo Marcel Duchamp, cogió un urinario, lo firmó con un pseudónimo, se lo tiró a a la cara a una galería de arte de NY y se lo aceptaron con los brazos abiertos.


miércoles, 11 de marzo de 2009

...

Sólo quiero decir que no estaría mal guardar un minuto de silencio por las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo.

Gracias.

domingo, 8 de marzo de 2009

¿?


PREGUNTA: ¿Por qué tenemos que hablar mal de la gente cuando tomamos café? ¿Por qué si ves un balón te entran ganas de darle una patada? ¿Por qué nos empeñamos en hacer cosas sin utilidad práctica en la vida (por ejemplo, hacer trucos con el yo-yo)? ¿Por qué si vemos algo que es asqueroso no podemos apartar la mirada? ¿Por qué el porno está por todas partes? ¿Por qué "mola" fumar porros? ¿Por qué TANTA gente es TAN mojigata? ¿Por qué los videojuegos violentos son los mejores? ¿Por qué existe la ley si todo el mundo la infrinje? ¿Por qué se le presta menos atención a una mujer cuando habla que a un hombre? ¿Por qué hay fotos tan cutremente retocadas con el Photoshop? ¿Por qué el autobús apesta y el suelo del cine es pegajoso? ¿Por qué los profesores del colegio son unos incompetentes? ¿Por qué los peores libros son los que lee todo el mundo, y los mejores están olvidados en un cajón?

RESPUESTA I: ¿Por qué no?

RESPUESTA II: Por que sí. Y cállate ya, que no oigo el partido.

jueves, 12 de febrero de 2009

Otra vez yo

Perdón por no actualizar en tanto tiempo, he estado un poco liado.

Aquí os dejo un vídeo muy friki que algún memo ha hecho en el salón de su casa, pero que es la hostia en bote.

martes, 20 de enero de 2009

El sueño

Os voy a contar mi anécdota preferida sobre los sueños y el dormir. El hecho de que sea verdad y su recuerdo tan vívido, la convierten en la mejor que tengo.

Era pasada la medianoche según el reloj digital de la mesilla de noche. La persiana bajada amortiguaba los ruidos de la calle. Las sábanas, blancas y frías como un amanecer en el Ártico, le transmitían su frescor nocturno provocando un escalofrío en su espalda. Nepomuck dormía plácidamente sin ser consciente de lo mucho que se disfruta durmiendo, precisamente porque estaba dormido. La mayor parte de las veces, Nepomuck no recuerda lo que sueña, y esta vez no era una excepción. No sabía qué imágenes provocaba su cerebro durante el sueño, pero sí está seguro de que vio una gigantesca araña cerniéndose sobre él. Su ceño se frunció y de la comisura de sus labios escapó un quejido. El arácnido era repugnante, con ocho extensas patas cuyas articulaciones sobresalían por encima de su abdomen. El pelo que le cubría era áspero, negro como una mina de azabaches en un pozo petrolífero del Infierno. Su abdomen, abultado, inflamado de veneno mortal. En el extremo opuesto a su cabeza, un aguijón duro y puntiagudo amenazaba con clavarse y dejarle tieso como una estaca. Del aguijón una gota de líquido oscuro pendía sobre el cuerpo de Nepomuck y cayó al suelo arenoso con un siseo. Múltiples ojos le miraban con expectación y cuatro pinzas maxilares se abrían y cerraban con el chasquido que producen los huesos rotos en un osario. La araña saboreaba el inminente bocado y sus fauces segregaban un líquido viscoso, blanquecino. Cuando el aguijón se cernía sobre su cabeza, despertó de su sueño con un grito, incorporándose de la cama y golpeándose en la cabeza contra la estantería colgada encima del colchón. Su respiración era agitada y un sudor frío emanaba de todos sus poros, pero de la araña, ni rastro.

jueves, 8 de enero de 2009

C.L.S.M.T.

Lo primero es lo primero: Feliz Año Nuevo 2009 para todos.

A raíz de los acontecimientos recientemente sucedidos, me enorgullezco de presentar el CLSMT: Clan por La Salud Mental de los Telespectadores.
Se me ocurrió esta idea mientras veía la televisión. Estaba yo cómodamente sentado en el sofá viéndola cuando el programa en cuestión (no diré nombres, que si no la SGAE se me echa encima) fue interrumpido por un bloque de anuncios. Me resigné y me hundí aún más en mi asiento. De repente, una voz en off dijo algo que no pude oir porque ¡UN CONEJO SENTADO DELANTE DE UNA CHIMENEA ESTABA CANTANDO! El personajillo en cuestión era, efectivamente, un conejo con grandes orejas, gris, con ojos azules y una campanilla (como las que usan los monaguillos). Estaba sentado frente a una chimenea encendida con un abeto a la derecha. Cantaba una cancioncilla que haría vomitar a un gato. El "adorable" conejito, que yo lo abrazaría fuerte para reventarle los ojos sin que lo advirtiese, tenía el tan estupendo nombre de Snufi. Pero la cosa se pone cada vez mejor. Resulta que durante el período que no es Navidad, el conejo le canta ¡A UNA ZANAHORIA! Lo primero: ¿Por qué? Y lo segundo: ¿¡POR QUÉÉÉÉÉÉ!? ¿POR QUÉ SE NOS TORTURA DE ESA MANERA TAN CRUEL!? El bicho tiene este aspecto:

Después de sobrevivir a esto me topé de bruces con otra aberración digital. Una chica con los brazos cruzados al borde de una piscina contemplaba exasiada cómo un osito marrón tocaba la guitarra española y cantaba una canción de amor. El susodicho oso interpretaba al mismo tiempo una extraña danza consistente en: cadera hacia la derecha-cadera hacia la izquierda-saltillo enarbolando la guitarra-enseñarle el culo a a la chica doblando las rodillas. La canción amorosa haría vomitar a un gato. Responde al nombre de Berni y se le busca por provocar crisis de diabetes por todo el país.